A principios de 1963 llego a Singapur Marta Risch (Argentina) seguida de Elisabeth Hebdige (España) y tarde Cristina Bekar y Olga Horkowitz (USA), se dice que fue precisamente esta señora quien hablando muy buen castellano y viniendo de Tokio, donde había pertenecido a un grupo de habla Castellana, quiso saber si tendría la misma oportunidad aquí, así que, puso un anuncio en el periódico diciendo que recibiría en su casa para tomar un café, a todas aquellas personas que hablaran Castellano. Allí se presentaron un grupito de señoras, entre las que estaban Marta, Cristina, Elisabeth…La reunión fue un éxito y decidieron hacerlo más veces.

El grupo fue creciendo y las reuniones se hicieron mensuales y empezaron a llamarse Club Español o Club Latino. Pero NUNCA fue legalizado.  Estas PIONERAS de la lengua castellana intentaron durante varios años y por tres veces registrarse como Club Español y tres veces fueron rechazadas. Tuvieron que pasar quince años hasta que el ansiado SI llegara. Hay un refrán Castellano que dice “a la tercera la vencida” en este caso fue a la cuarta y para ello fue necesario la ayuda de uno de los esposos (Brian Talbot) que asesoro y dirigió todos los trámites necesarios para su legalización (Hay ocasiones que también tenemos que dar crédito al sexo opuesto). Desde sus principios nuestra Asociación ha tenido un lema, propagar la amistad, la lengua Castellana y hacer caridad, tres cosas maravillosas y de las que todas nos sentimos orgullosas.A lo largo de estos veinte años (como si de una entidad bancaria se tratara) ha tenido sus altos y bajos pero siempre ha salido triunfante, por eso mismo, por la amistad que encontramos en ella, por el cariño que le damos y por el empeño que todas ponemos en que siga adelante.

Muchas son las señoras que han pasado por nuestra Asociación desde que aquel pequeño grupo (alrededor de treinta) se reunió por primera vez. Dando paso a setenta en el primer año de su fundación y un promedio de ciento cincuenta en la actualidad. Los lazos (yo diría nudos, que son más fuertes) de amistad que se forman en nuestra Asociación no se rompen con facilidad y son muchas, muchas, las señoras (se pueden contar en miles) de todas las razas y todos los continentes que han pasado por esta querida Asociación y que hoy están repartidas por el mundo entero, pero que siguen la amistad con una u otra señora que conocieron aquí. No es esto maravilloso?